martes, 31 de julio de 2012

PLAN DE VACACIONES

Mañana, muchos comienzan las vacaciones. Tener tanto ocio te permite hacer muchas cosas, pero ¿Es bueno tener tanto tiempo para mirar lo que pasa a tu alrededor? Analicemos:

Corrupción.- Es extraño el día que no aparece un nuevo escándalo de corrupción. Como si fueran atletas de relevo, termina el juicio de uno y aparece uno nuevo para sustituirlo.

Deportes.- El Málaga, en el mejor año de su historia, está en venta, el Jeque se lo quiere vender a un petrolero albanés. Y en albania no hay petroleo. Y el albanés dice que no quiere comprar el Málaga. Para mejorarlo, los JJOO, de momento, van fatal. Bueno, en canoa, el deporte rey en España, no vamos mal.

Televisión.- Cansado de ver perder a españoles en los JJOO miras a ver si hay alguna serie. Las buenas están descansando y reponen "Curro Jiménez" y "Ana y los siete". Ana y los siete, por favor.

Ocio.- Pasas de todo, te vas a la playa, pero aquí te encuentras con dos problemas. Los médicos cada vez recomiendan tomar el sol más tarde. Ya vamos por las seis y media o las siete. En 2023, recomendarán tomar el sol a las diez y media de la noche. Además, te dicen que tengas cuidado, que este año hay más medusas que arena.

Así que te encuentras en la entrada de casa. Con el gorro puesto, sin saber muy bien si ir a la playa con riesgo de perecer calcinado o devorado por una medusa del tamaño de un hidropedal. No sabes si quedarte en casa y poner la tele, con el riesgo de que repongan capítulos de "Un, Dos, Tres, Responda otra vez". No sabes si, a tu vuelta, exista un nuevo impuesto sobre el oxígeno que respiras.

Y miras con cariño tu habitación. Debajo de la cama se tiene que estar fresquito. Y además llega el wifi para entrar en twitter. Y, debajo de la cama, en twitter lees todo lo de la corrupción, lo de la venta del Málaga, lo de los JJOO, lo de los peligros de la playa y las subidas de impuestos.

Y claro, te vas a la playa, total, Piraña de "Verano Azul" se tiró el verano entero en las playas de Nerjas y está el tío perfecto.

P.D.- Por favor, por favor, no repongáis "Verano Azul"





sábado, 28 de julio de 2012

Opinometro 28 Julio. Olimpiadas.

OPINOMETRO 28 Julio

Cada cuatro años se produce un acontecimiento que hace que muchos de nosotros nos hagamos expertos en esgrima, tiro con arco e incluso lucha grecorromana durante unos días. Ayer comenzaron las olimpiadas y hoy, en el opinómetro, siguiendo el espíritu olímpico, les proponemos un deporte. Pasar olímpicamente.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- La prima de riesgo que sube como loca y baja con la misma locura sin motivos aparentes.  Este jueves se supone que bajó porque el presidente del BCE dijo, textualmente, “haremos todo lo que sea necesario para preservar el euro”. Si nuestro futuro depende de que este hombre no tenga un mal día y diga alguna burrada, mejor pasar.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- Los políticos que utilizan la frase “la herencia” justificando el funcionamiento de su negociado. El último ejemplo lo tuvimos con la Consejera de Fomento y Vivienda de la Junta que, tras ser increpada por los vecinos afectados por las obras del metro, se escudó en que ella llevaba poco tiempo y que además era de otro partido. Si la llegan a apretar un poco más, capaz hubiera sido de decir que, en realidad, era la hermana gemela de la Consejera.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- Hacerse mala sangre con los escándalos de corrupción. Teniendo en cuenta la abundancia de estos últimamente en casi cualquier ámbito. A berrinche por escándalo, íbamos a necesitar una transfusión mensual. Y con el tema del copago, nos iba a costar un pico el tema.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- Famosos que tienen la receta para salir de la crisis. El último ejemplo lo tenemos en Marta Sánchez que dijo que de esta se sale con menos manifestaciones y trabajando más. En algún momento del camino se confundió el ser famoso con tener criterio para cualquier cosa. Por esta regla de tres, que alguien le pregunte a un Pokemon cómo salimos de la crisis. Igual da con la tecla.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- Los forofos de los partidos políticos que apoyan incondicionalmente cualquier medida que tome el suyo, independientemente de que la medida le parezca una barbaridad absoluta. El Málaga puede ganar la liga o bajar a segunda, pero eso no afecta al IBI de la casa, lo que hagan los políticos sí.

PASAR OLÍMPICAMENTE DE.- El amigo que se recochinea diciendo que se va de vacaciones cuando se te han acabado. Aquí además de pasar olímpicamente, si va a la playa, es interesante recordarle la cantidad de medusas que hay. Y preguntarle por lo que le va a costar el alquiler del apartamento. Y citar la estadística sobre los robos a las casas que se quedan vacías por las vacaciones. Que no hubiera empezado él.

Pasar olímpicamente es un deporte complicado. Necesita de la sangre fría de un piloto de fórmula uno, de la resistencia de un campeón de triatlón y de la elasticidad de un saltador de vallas. Lo bueno es que se puede practicar a cualquier edad y no necesitas ponerte mallas ni ninguna prenda humillante.

martes, 24 de julio de 2012

Confianza

Cada cuatro años los españoles decidimos en quién confiamos para dirigir nuestro país. Una vez elegidos, el Presidente del Gobierno confía en una serie de personas para que sean sus ministros, portavoces...

Estos, a su vez, además del personal fijo (funcionarios, laborales...) necesitan personal de confianza para que les ayuden con su tarea. No es que desconfíen del personal, es que necesitan estar rodeados de su gente de confianza.

Una vez todos colocados, entiéndanme, comienzan a gobernar, confiando en que las distintas medidas que adopten generen confianza en los mercados financieros y nos confíen su dinero.

Pero los mercados han dicho que no confían, y esa desconfianza provoca una cascada de desconfianzas.

Para empezar, los españoles, viendo cómo van las cosas, desconfían de quienes antes confiaban. El Gobierno paga la desconfianza de los mercados desconfiando de ellos y, paralelamente, piden a sus gobernados que confíen en ellos. La oposición no cuenta, nace desconfiando de quien manda y muere desconfiando, es inasequible a la desconfianza.

Pero, entre tanta desconfianza por parte de todos, algo permanece inmutable, la confianza en los cargos de confianza.

Esta es una raza especial. Llueva o haga sol, estemos al borde del apocalípsis o en la mejor época económica posible, permanecen siendo personal de confianza para el que los puso. Están en la sombra, como los superhéroes, no se les ve, pero ahí están, apoyando al que le puso, a dedo, como miembro de confianza. Y como tal, intenta insuflar confianza en la persona que lo colocó, entiéndaseme.

Otra peculiaridad de los cargos de confianza es que no conocen colores. Todos los partidos políticos necesitan de cargos de confianza. Y todos cuentan con manadas de ellos.

Son contados los casos de cargos de confianza que pierden la confianza de su patrocinador. Tiene que pasar algo muy gordo, casi un acontecimiento estelar, para que un cargo de confianza pierda la confianza.

Es enternecedor ver como los políticos confían en sus cargos de confianza, entre tanta desconfianza. Hasta las parejas más enamoradas, alguna vez, desconfían del cónyuge, los políticos no.

¿Los políticos aman a sus cargos de confianza? No, es un sentimiento más fuerte que el amor, dejarán a su mujer, dejarán a sus gobernados casi en la miseria, dejarán el coche oficial (bueno, de esto no estoy tan seguro) antes de prescindir de sus cargos de confianza.

En Valencia, por ejemplo, después de pedir cerca de tres mil millones de euros al Gobierno Central, después de despedir a mil doscientas personas de la televisión pública, después de decir que rozan la bancarrota(esto se podría considerar un acontecimiento estelar) han anunciado que van a prescindir del veinte por ciento de los cargos de confianza. O sea, después de todo lo que está pasando en esa comunidad, siguen confiando en el ochenta por ciento de los cargos de confianza.

El otro día leí que una ardilla podría recorrer España de punta a punta, saltando de cargo de confianza en cargo de confianza. Igual es exagerado. No creo que se pueda convencer a una ardilla para darse ese palizón.


jueves, 12 de julio de 2012

Culebrones

Los culebrones son un tipo de serial televisivo que engancha por, básicamente, su simpleza. Hay buenos muy buenos, malos muy malos y al final, tras doscientos mil capítulos, siempre gana el bueno.

Vivir enganchado a un culebrón, en principio, no es demasiado malo. Generaciones de madres lo han hecho y nunca faltó gazpacho en la mesa. Lo que sí es chungo es vivir en un culebrón. Y vivimos en un culebrón de los gordos.

Nosotros, que somos la chica buena del culebrón, caminamos por la vida ignorantes de que los malos, que son los mercados, las bolsas, la prima de riesgo, los políticos, la alopecia, el que corta el césped a las ocho de la mañana y Pepe el del Madrid, nos tienen un odio tan profundo que la única meta en su vida es vengarse.

¿Porqué nos odian tanto? Aquí podemos elegir, presumiblemente, le quitamos el novio a los malos y ahora quieren hacérnoslo pagar multiplicado por cien. Con "quitar al novio" quiero decir vivir por encima de nuestras posibilidades, no tener cultura de trabajo, aprobar unas oposiciones y pretender cobrar por ello, no ser catedráticos de economía a la hora de negociar una hipoteca...

Su venganza es sibilina. Tienen un plan establecido en el que, en incómodos pasos (para nosotros, claro) nos quitarán nuestra sonrisa lozana (recordad que somos la chica buena del culebrón) y nos apretarán las tuercas hasta que nos salgan canas y, pese a nuestra juventud y belleza, parezcamos cansadas y viejas.

La diferencia entre un culebrón normal y el que vivimos es que en el normal, el de la tele, la chica tiene pequeñas victorias y amigos que la ayudan. En el nuestro no tenemos muchas victorias. Bueno, ninguna, en realidad.

Un culebrón puede durar unos diez años de media, solucionándose, para bien, en los tres o cuatro últimos capítulos. Nuestro culebrón comenzó hace cuatro o cinco años. O sea que nos queda para rato y esperemos que estemos viviendo un culebrón, que siempre acaba bien. Si me he equivocado y no es un culebrón, es una película española de autor, estamos jodidos. Esas siempre acaban en tragedia.