martes, 19 de marzo de 2013

Encuentros peligrosos

Mi amplia experiencia con la naturaleza, he podido ver más de diez mil documentales en todos los ambientes naturales, me permite publicar hoy una serie de recomendaciones si os pasáis por Mijas y os encontráis frente a frente con un aligator de dos metros y ochenta kilos de peso.

Lo primero es saber qué es un aligator. Un aligator es como un cocodrilo, tiene los dientes de un cocodrilo, tiene la piel de un cocodrilo, tiene la cola de un cocodrilo pero no es un cocodrilo. Este dato es importante porque si te va a merendar este bicho, al menos sabrás qué te está mordiendo.

Hechas las presentaciones, hablemos de una situación hipotética. Paseas tranquilamente por las lagunas de Mijas y, en el suelo (es tremendamente difícil ver a un aligator en lo alto de un árbol o conduciendo un Seat Panda) nos encontramos con el bicho. Nuestro primer impulso, como buenos andaluces que somos, será intentar sacarlo a los medios para torearlo. Error, el aligator no tiene buenos pases por ninguno de los dos lados y además tiende a mordisquearte los tobillos de mala manera.

Lo ideal en esta situación es salir corriendo como si te persiguiera un cocodrilo, recordemos que es un aligator. La forma correcta de huir de este bicho es agitando los brazos sobre la cabeza y gritar mientras se corre despavorido "coño, coño".

En el caso de que no podamos huir de él hay que tener varios factores en cuenta. El primero es que, pese a tener las patas muy cortas, nunca podremos ganar a un aligator a puñetazos, es totalmente imposible. El segundo factor es la época en la que nos lo encontremos.

El aligator no come en invierno, sigue una estricta dieta para estar to guapo en verano y poder lucir tipo delante de las lagartas, dicho sea sin segundas. Si nos lo encontramos en esta época no nos comerá, pero es probable que sí nos acepte una copa y algo de conversación. En este caso procuraremos beber algo alejados de él, tiene mal carácter, y no sacaremos en la conversación ni a los cocodrilos, les jode mucho que los confundan con ellos, ni canales temáticos como "caza y pesca". Lo ideal será una conversación ligera sobre el tiempo y, quizá, Chipre.

Si el aligator sólo quiere que le dejemos en paz, hagámoslo. Es probable que saliera de juerga y llevan fatal las resacas, de ahí su nombre en latín "aligator alcaserser garrafones". En ningún caso le daremos con un palo para ver qué pasa. No soportan el contacto de la madera en su cabeza, vete a saber por qué.

Si el aligator está en celo y usted es tremendamente atractivo, al menos que le invite al cine antes.

Si el aligator es hembra y está poniendo huevos, no se los toque, son muy suyos para esas cosas.

Si el aligator lleva unos cascos y está escuchando bachata, intente acabar con él de cualquier manera, si consiguiera el bicho tener wifi tagearía esa basura.

Si el aligator lleva traje y corbata, no es un aligator, es un señor, no lo cace o tendrá problemas con la justicia.

Si el aligator va totalmente desnudo, no intente taparlo, son tremendamente celosos de su defensa de ir como Dios los trajo al mundo.

Si lleva usted un arma y no puede escapar, trate de dispararle en la cabeza, un aligator cojo es un aligator muy cabreado. Si usted considera un paraguas o un tirachinas como arma, es hombre muerto.

En resumen, lo ideal en un encuentro cara a cara con un aligator es verlo en el salón de la casa, en la tele, todo lo demás es una complicación.

La semana que viene hablaremos de cómo evitar que se coman a tu ñu que tanto te ha costado criar.

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