martes, 30 de abril de 2013

Las olas

Cualquiera que haya ido a la playa habitualmente, tarde o temprano, ha tenido un revolcón por culpa de una ola imprevista. Lo normal en estos casos es actuar de una de estas dos formas. O la ves venir gritando e intentando salir del agua dando saltitos (te pilla fijo), o te sumerges bajo el agua, dejas pasar un tiempo prudencial y sales tras ella como si no hubiera pasado nada, algunos salen hasta peinados. A fuerza de que te tumben olas, aprendes a sumergirte con más facilidad, incluso grácilmente. A los políticos en la red les pasa lo mismo.

A fuerza de llevarse revolcones al estar en contacto directo con la gente, los políticos han aprendido a sumergirse cuando ven venir la ola. La última ola fue la de la cifra del paro, más de seis millones de personas desempleadas. Tras llevarse, al principio de la legislatura y con las primeras cifras económicas, algunos revolcones intentando sufearlas hablando de "la herencia", los políticos locales han aprendido a ser rápidos en la inmersión para que no les salpique demasiado. La cosa es así.

Sale la cifra mala (el paro, los desahucios, la deuda, los impuestos, la sanidad, el Atleti...) Y justo antes de que la ola de cabreo generalizado llegue a sus tobillos, lanzan un tuit denominado "lamento y hostia":

@PersonajilloLocal: Terribles las cifras del paro, pero hay que confiar en que el Gobierno consiga salvar la herencia recibida.

Justo Después, el político de turno, como si fuera Cousteau en sus mejores tiempos, se interna en las profundidades submarinas esperando que pase la ola de los cabreados ciudadanos que, aprovechando lo a mano y disponibles que están les preguntan tonterías como:

@CiudadanoCabreado: ¿Cómo tenéis huevos de decir que confiemos en el Gobierno cuando estamos asfixiados?

@CiiudadanoAlucinado: Una tontería ¿Que me pongan en la calle con 20 días por la reforma laboral es también "la herencia"?

Pero da igual que la ola de indignación mida siete metros, el político está bajo el agua, siente un ligero meneo, se mueve un poco, pero se mantiene bajo la superficie a salvo. Pasado un tiempo prudencial, y sin dejar de mirar por si viene otra ola más pequeña, pero traicionera, este experto subacuático emerge de las profundidades submarinas y comienza con su letanía:

@PersonajilloLocal: El Gobierno del PP es el primero en la democracia en legislar en contra de los desahucios.

@PersonajilloLocal2: Magnífica la presentación de (inserte aquí la idiotez que se le ocurra)

Por supuesto, esto de sumergirse no es patrimonio de los políticos del PP, el PSOE, en la Junta por ejemplo, parece que empezó a gobernar en Andalucía hace quince minutos y, al no poder llevar el flotador "la herencia", utilizan los manguitos "el Gobierno Central", pero en ambos casos, su capacidad para taparse de la ola es digna de estudio.

Por cierto, a veces, aunque la veas venir, aunque seas experimentado, aunque te sumerjas a tiempo, la ola es de tal magnitud que se lleva por delante todo lo que se encuentra, en superficie y sumergido. Y es cuando vemos en la orilla, desconcertados, al político o la la política. Esto pasa poco, por desgracia.

En el siguiente post analizaremos por qué cuando a una chica le pilla una ola, termina invariablemente sin la parte de arriba del bikini. Habrá fotos.