lunes, 31 de diciembre de 2012

Consejos básicos para fin de año.

El último día del año, a cierta edad, suele venir acompañada de considerables tensiones. Durante unos años, tendemos a intentar sortearlas de manera equivocada lo que nos provoca más problemas y más tensión. Hoy vamos a intentar dar algunos consejos básicos para pasar este trago de la mejor manera posible.

POR LA MAÑANA.-
Olvídese de no madrugar. Hay que hacer miles de cosas el último día del año. Hay que comprar pan, hay que comprar vino para la cena, hay que hacer las visitas de rigor a la gente que no vas a ver esta noche pero que vas a ver mañana, no vaya a ser, supongo, que esta noche alguno palme atragantado con las uvas... Localice una panadería cerca de un bar, preséntese voluntario para ir a comprarlo y, una vez comprado, atrinchérese en el bar hasta, más o menos, la una. A la vuelta a casa, muéstrese indignado con la cola en la panadería y lamente profúndamente que ya no da tiempo a hacer la visita de rigor a esos amigos de toda la vida. Qué coño, que nos visiten ellos si quieren.

MEDIO DÍA.- Hay que tener en cuenta que no es una comida normal. En pocas horas, su madre o su suegra pondrá a prueba la capacidad de su cuerpo para digerir una cantidad de comida similar a la que consume un día normal toda la poblaciòn de Andorra. Con la sopa delante, asistirá con los ojos muy abiertos a los últimos preparativos para la tarde. Límitese a asentir a todo lo que le diga su pareja mientras, en su cerebro, tararea la alineación triunfadora del último mundial. Procure escuchar las últimas palabras de cada frase para que no le pillen. E intente no descuidarse y decir Iniesta en voz alta. Eso sería su fin.

TARDE.-No hay tiempo para una pequeña siesta. Como si fuera un jugador de fútbol regulero, durante unas horas es posible que sea cedido y pase a estar a las órdenes de la familia que organiza la cena. De las múltiples tareas de esta tarde, elija la de recoger a la tia soltera, sea suya o de su pareja. Niéguese a cortar el jamón para la cena. Terminarán criticando cómo lo ha destrozado. En cuanto recoja a el familiar, un par de rápidos volantazos mantendrán callado al "paquete" por el susto durante el trayecto. Evite por todos los medios quedarse con los niños ajenos mientras que los demás hacen algo. Esos pequeños terroristas tienen un subidón de azúcar navideño que les hace temibles. Realizadas sus funciones de la tarde, vuelva a casa para arreglarse.

VESTUARIO.- Seleccione lo que quiere ponerse para esa noche, e inmediatamente, póngase otra cosa, si puede ser hortera mejor. Enséñeselo a su pareja y dele la razón en que así no puede ir a la cena, luego póngase la ropa elegida inicialmente y, con la ropa puesta, repita cada cinco minutos lo bien que le sienta a su mujer, o a su marido, lo que ha elegido para esa noche.

CENA.- No se cebe con los entrantes, son una trampa. Se han visto a profesionales del ejército llorando como niños al ver llegar el primer plato después de haberse puesto ciegos de jamón, queso y demás. Finga comer entrantes pero ni los cate. Quedan, al menos, dos platos y postre detrás de ellos y les juro que se lo van a tener que comer por narices. Respire entre plato y plato y piense que esto sólo ocurre un par de veces al año. Suerte.

UVAS.- Lo de los cuartos ya nos lo sabemos todos. Si alguien en la cena le ha dado el tostón, trate de confundirlo fingiendo que empiezan las campanadas de verdad. Si pica, el año que viene ya se cuidará de tocarle las narices en esa entrañable noche. Si no consigue tomarse todas las uvas, métase el resto en el bolsillo y diga que sí lo ha hecho. Que demuestren lo contrario. No brinde con sidra, la mezcla uvas/sidra/carne mechada/turrón, puede ser demasiado para su estómago. Tenga siempre a la vista el baño más cercano por si tiene que esprintar hacia allá. No permita, bajo ningún concepto, que se le adelante nadie o puede dar un espectáculo lamentable.

El último día del año es como una maratón, quien empiece rápido recibirá fundido el año nuevo. El truco es pillar un buen ritmo e hidratarse bien. Yo llevo hidratándome desde que empezó la Navidad. Dios me proteja. Feliz año.

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